28 febrero 2019

La presentación del carajillo, un mar de sensaciones.

 Una buena presentación a la hora de servir el carajillo es esencial, a demás de la sonrisa del empleado del establecimientos comercial, está su empaque.
Cuando vemos al camarero venir hacia nosotros con su o sus carajillos en la bandeja empezamos a experimentar unas sensaciones, que nos hacen deleitarnos antes de tomarlo.

Lo primero que veremos son sus tres niveles, o pisos, en algunos sitios lo llaman un trifásico:
Bebida alcohólica quemada (coñac, ron. whiky, vodka, anís, braili, etc...)
El café (es todo un mundo, con diferentes variedades y composicones)
La espuma (es fundamental, en ella tendremos expuestos los complementos)
 
Cuando los la sirven podremos apreciar varias características
El tipo de vaso:
Cristal o la tarrina de barro o de cerámica
Con la primera observamos la composición de su interior, en la segunda nos lo podemos imaginar
 
La vista hace mucho y será la primera apariencia que vemos del carajillo, con esta modalidad, lo experimentaremos cuando nos la pongan en la mesa y la podamos oler, pero perdemos la parte esencial que describimos a continuación.

El carajillo puede tener mucho o poco café, en cada establecimiento tienen una modalidad, aunque en una mayoria hay más de licor que de café.

Deben estar bien definidos sus tres niveles que lo componen, y no se deben mezclar a la hora de servirlo.
Debemos observar como se balancea con el movimineto a la hora de servirlo o al moverlo nosotros.
También podrmos observar la cantidad de café que tiene, hay algunos bares o restaurantes, que lo sirven con muy poco café, como podemos observar en la fotografía superior, a esta modalidad se le denomina un tanga, (sin menospreciar a nadie)
 
En otros establecimientos a la hora de servirlo han tenido la precaución de mojar el borde superior con agua y luego lo ponen en un recipiente con azucar para que este quede pegado en el vaso.
Pero hay que ir con cuidado para que el vaso esté limpio y no sucio por derramarse o desprenderse el café por sus lados del vaso.

 En otros lugares el licor está turbio no está bien quemado o se ha mezclado el café con el alcohol a la hora de añadirlo, cuando lo vemos nos retraimos a la hora de tomarlo, le ha quitado el encanto.

A la hora de servirlo veremos los ingredientes complementarios básicos de su composición
La piel del limón, aunque también se sirve con clementina o naranja, sin apenas pulpa.
Los dos granitos de café
Finalmente la canela (unos la ponen en rama y otros en polvo) en algunos bares no la ponen si el cliente no la pide.

Al final, lo más importante, una vez verlo, olerlo y en algunas ocasiones casi quemarnos al tocar el vaso, es el moverlo y tomarlo.
Cada uno experimenta un mar de sensaciones a la hora de saborearlo.

Últimamente se esta teniendo un proceso de innovación en el carajillo, y es el añadirle otros complementos, uno de ellos el más antiguo ha sido la miel y a partir de ahí, hay un gran abanico de posibilidades, pero esta es otra historia.
A la hora de beberlo hay quien lo toma por partes, ya que no lo remueve, no mezclando sus componentes.
Primero se bebe el café y posteriormente el licor, contra gustos no hay nada que objetar.


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